lunes, 12 de septiembre de 2016

¿Por qué es imposible imitar un vino?



Tradicionalmente, gran parte de los vinos existentes en el mercado se identifican según las variedades que los componen. Hablamos por ejemplo de "Tempranillos, Albariños, o Merlot".
Sin embargo, las uvas, aunque fundamentales en el proceso de elaboración, por si solas poco nos dicen de un vino.

En efecto, una misma variedad de uva se expresará completamente distinta según una combinación de diversas variables: el suelo en que ha sido cultivado, el clima al que ha estado sometida, las diferentes técnicas aplicadas en el viñedo y los métodos de elaboración en la bodega, crean estilos de vinos muy diferentes.


Para sintetizar todo esto en una sóla palabra existe un concepto muy utilizado en el mundo del vino que es la palabra francesa "terroir" (proveniente del latín "terratorium"), que en castellano se traduce como "terruño" (hay quién sugiere que el término empleado es confuso porque muchos aficionados suelen asociarlo exclusivamente al suelo).

Así, podemos definir "terroir" o "terruño" como un concepto que combina las características específicas del suelo, la topografía terrestre, el clima, así como la biodiversidad del entorno donde se cultiva la viña.


En esencia, cuando nos referimos al "terroir" estamos considerando simultáneamente el clima específico del viñedo, los accidentes del suelo tales como elevación, pendiente, orientación, proximidad a ríos, lagos y mares; y la composición del suelo.

Esta palabra resume en sentido amplio las características combinadas que distinguen diferentes áreas del cultivo de la vid. De hecho, puede darse el caso de dos "terroir" muy diferentes, esto es, capaces de dar vinos totalmente distintos, que pueden estar ubicados a pocos metros uno de otro.




En definitiva, cuándo nos preguntamos por qué de una misma región surgen vinos tan distintos muy posiblemente uno de los factores involucrados en la respuesta sea el "terroir".

Fuente: Vinetur

lunes, 5 de septiembre de 2016

El trabajo de la viña, mes a mes



El vino se hace en la viña, todo comienza ahí. Para cultivar unas uvas que permitan elaborar grandes vinos de calidad es necesario cultivar el viñedo, alguien tiene que hacerlo.

Vigilar el crecimiento, combatir las malas hierbas, los insectos y las plagas de la vid, y vendimiar en el momento oportuno, son algunas de las más importantes labores del viticultor, un trabajo que se repite cada año y que los mejores viticultores realizan con mayor pasión que ningún otro trabajo agrícola.

Así, cada doce meses, el ciclo biológico de la vid se repite del mismo modo en todos los viñedos del mundo y una legión de viticultores y trabajadores del campo realizan una serie de labores a las que dedican mucho tiempo, así como amor y nervios a partes iguales.



La vid es al mismo tiempo una planta vivaz y un árbol frutal. Cumple un ciclo anual de producción de frutos y su propio ciclo de vida. Al principio mero esqueje, se convierte en una vid joven antes de alcanzar la madurez y la plena producción, que va disminuyendo con el paso del tiempo.

 Una cepa puede llegar a vivir un siglo o más pero la mayor parte de los productores arrancan las vides que pasan de los cuarenta años porque producen cada vez menos racimos. También hay quién opta por conservar ciertas parcelas antiguas para la elaboración de vinos especiales. Por norma general, cuanto más edad tiene la vid mejor es el vino que se obtiene de ella, porque las raíces de las vides viejas penetran más profundamente en el subsuelo y se aprovechan mejor de los recursos del terreno.



Las vides viejas producen menos uvas, pero su mosto es por lo general más concentrado y de un gran potencial aromático. Las vides jóvenes, de menos de cuatro años, quedan excluidas de la elaboración de vinos de calidad.

EL CICLO DE LA VID

La vid no puede prosperar si no tiene un período de reposo durante el invierno. En los climas más fríos o más calurosos, estas etapas se franquean antes o después; hay que recordar, por otra parte, que en el hemisferio sur las estaciones están invertidas.



Al comienzo de la primavera, la savia asciende por la planta y, en marzo o en abril, brotan los pámpanos sobre los sarmientos desnudos. Los pámpanos siguen creciendo y salen las hojas.
A finales de mayo o a comienzos de junio aparecen los embriones de las flores. La floración propiamente dicha se produce en junio: el tiempo desempeña en este momento un papel importante; los viticultores temen mucho la lluvia y prefieren un cálido sol.

Las flores son blancas y minúsculas, y dan pequeños frutos a fines de junio o en julio. Las uvas se desarrollan durante el verano, volviéndose negras o de un verde dorado según los casos. La uva tiene que estar bien madura para ser recolectada, pero su contenido en azúcares no es el único criterio que se sigue: a medida que aumenta, disminuye la acidez. El momento de la vendimia dependerá por tanto del tipo de vino que quiera el viticultor: un elaborador de espumosos deseará un mayor grado de acidez que un productor de vino tinto.

La uva tiene que estar bien madura para ser recolectada, pero su contenido en azúcares no es el único criterio que se sigue: a medida que aumenta, disminuye la acidez. El momento de la vendimia dependerá por tanto del tipo de vino que quiera el viticultor: un elaborador de espumosos deseará un mayor grado de acidez que un productor de vino tinto.

 
Fuente: Vinetur

miércoles, 13 de enero de 2016

El invierno en la viña, la importancia de la poda




Empezamos un nuevo año, y con la llegada del año nuevo, comenzamos uno de los ciclos más importantes en la viña, la poda. El momento perfecto para comenzar la poda es durante los meses más fríos del año, en concreto, en enero, febrero, y hasta principios de marzo, cuando la planta se encuentra en reposo vegetativo, con el crecimiento disminuido al mínimo, para que el daño producido sea el menor posible.

Como sabéis, la vid es una planta arbórea, trepadora y de crecimiento ilimitado, por lo que hay que controlarla. Es aquí donde se hace necesaria la técnica de la poda para poder dar forma al viñedo y a la vez, favorecer un correcto desarrollo de la vegetación en general y del fruto en particular.

Entre uno y dos meses después de la vendimia, las condiciones atmosféricas conducen a una menor actividad en la planta y se ralentiza la absorción de nutrientes por parte de las raíces. Las hojas dejan de tener la actividad intensa que tenían en primavera y verano y llega un momento en el que tornan a un color rojizo y posteriormente caen. A partir de aquí se da la parada invernal, completando el ciclo de un año de la vid.


Las técnicas de poda realizadas en la vid se hacen imprescindibles a la hora de dar forma a los viñedos y favorecer el desarrollo de la planta y del fruto. Este es momento nos condicionará todo el año, el número de yemas que dejemos será nuestros pámpanos del futuro. Pámpanos que tendremos que ir conduciendo, trabajando para un perfecto desarrollo vegetativo y una maduración correcta.
Permite también adaptar el tamaño de la planta al espacio donde se cultiva para facilitarnos las tareas a los viticultores.


De pendiendo del sistema de formación aplacaremos técnicas distintas, no es lo mismo un vaso que una espaldera. De esta manera, una correcta poda centrará la producción que le dejemos marcada, perfecta para producir un vino de calidad.

Algo importantísimo y que tenemos muy presente en Altos del Enebro, es que la poda se debe realizar por alguien especializado, que conozca por qué sitio cortar exactamente para que la planta sufra el menor daño posible, y que la producción siempre mejore. Todo un arte y tradición, y el primer paso de muchos que tenemos que realizar de forma precisa para producir grandes vinos.

viernes, 18 de diciembre de 2015

Escoger el vino para la cena de Navidad



En esta época navideña ocupamos gran parte de nuestro tiempo comprando los mejores productos de cara a preparar los platos más apetitosos para las comidas y cenas de estas fiestas, con lo que en este post, queremos dar algunas sugerencias y facilitar la tarea de elección de vinos para la cena de Navidad. Los platos que desfilan por la mesa durante la cena de navidad son sin duda los grandes protagonistas de la noche, pero tan importante como la comida, es la elección de un buen vino.

Comprar en Navidad puede ser una tarea difícil o fácil, según para quien. Para algunos resulta de  lo más relajante, entretenido y agradable, pero para otros puede resultar un pequeño sacrificio que toca en esta época del año y que más que relajar estresa, sobre todo el bolsillo. En este sentido, no es necesario comprar un vino carísimo para la cena, ya que el precio no implica necesariamente mayor calidad.



La cuestión de con qué vinos acompañar las comidas y cenas de Navidad tiene su importancia y no se debe elegir al azar. Un mal vino o un vino inadecuado, puede arruinar una excelente comida elaborada con esmero. Por el contrario la elección de uno vino que combinen bien con los platos que hemos preparado garantiza un éxito seguro.

Podemos optar por elegir uno o dos vinos para toda la comida, o tomar un vino diferente con cada plato que se presente en la mesa.

Un Ribera del Duero y en especial nuestros vinos ALTOS DEL ENEBRO Y TOMAS GONZALEZ, son una apuesta segura. Somos una pequeña bodega boutique que buscamos la excelencia en toda nuestra gama de vinos. Vinos de gran personalidad gracias al carácter del tinto fino y la garnacha, las uvas que los caracterizan. Nuestros vinos tanto tintos como rosados maridan a la perfección con cualquier plato. Si deseas llevar una botella de vino como un detalle para la cena de Navidad pero temes que tu cuñado salte con un "¡qué mal gusto tienes!", no te la juegues, cualquiera de nuestros vinos serán una buena opción y son asequibles para todos los bolsillos.

Un abrazo muy fuerte de todo el equipo de Altos del Enebro.

¡FELICES FIESTAS!

viernes, 20 de noviembre de 2015

Los “errores” más habituales de los consumidores de vino



Desde hace tiempo se vienen realizando estudios en varios países sobre cuáles son los errores más habituales de los consumidores de vino a la hora de comprar, abrir o beber una botella. Nosotros partimos de la base de que cada persona bebe el vino como le gusta, no hay que seguir ningún ritual, ya que el vino no es una ciencia, es algo “vivo” y cada uno lo disfruta a su manera.

Dicho esto, para aquellos que se estén introduciendo en el mundo del vino, sí que hay ciertos aspectos básicos que se deberían conocer, ya que aunque en España vamos muy por delante de otros países en cuanto a cultura del vino se refiere, hay ciertos errores que seguimos compartiendo con otros que están mucho más verdes en la materia, como por ejemplo el Reino Unido, un país en el que cada vez se va introduciendo más la cultura del vino, aunque para ellos sigue siendo algo relativamente nuevo.

International Wine Challenge (IWC) ha realizado una encuesta a 2.000 adultos del Reino Unido y nos sorprendió que uno de cada tres confesara que "tragan" el vino sin degustarlo, apreciar sus aromas y sabor. Casi el 40 por ciento admitió que almacena el vino tinto (sin abrir) en la nevera. Cómo anécdota, uno de los errores menos conocidos pero que algunas personas confesaron durante la encuesta, es pedir una rodaja de limón con el vino blanco.

En nuestro país, gracias a que somos uno de los mayores productores de vino a nivel mundial y a que tenemos una gran tradición, ya no cometemos esos errores de base, pero sin embargo, el error más habitual que compartimos con los demás países es el de no complicarnos a la hora de maridar nuestros platos, tintos para carnes y blancos o rosados para comidas más ligeras como pescados o ensaladas.

Afortunadamente esto hace tiempo que dejo de ser un dogma, aunque no menos equivocado es pensar -idea muy difundida últimamente- que cualquier tipo de vino marida con cualquier tipo de comida. El truco a la hora de elegir es que el vino no anule el sabor de la comida, y que la comida no mate el paladar y los aromas del vino. Comida y bebida deben complementarse.

Cuando se trata de comprar vinos,  el precio sigue siendo un factor clave a la hora de elegirlo, un 50% de los consumidores de vino afirman que el precio es el principal factor en la compra de vino, mientras que un 25% comprarían un vino si está en oferta. Los vinos españoles tienen una buena relación calidad precio. Muchas veces el precio viene marcado como estrategia de marketing para conseguir un carácter de exclusividad y de posicionamiento de imagen de marca, cuando por la mitad de precio hay vinos extraordinarios.

Por último, el 61 por ciento de británicos se confiesan 'principiantes' en el consumo de vinos y la mitad admite sentirse intimidado al seleccionar el vino en los restaurantes. Como decíamos al principio, el vino es para disfrutar, si eres principiante, no debes sentirte intimidado, una opción muy buena es dejarte aconsejar por el sumiller.

viernes, 6 de noviembre de 2015

Los vinos del viejo y el nuevo mundo



La producción de vino no sólo se limita a España, Francia e Italia como tradicionalmente se menciona. Actualmente, el vino se produce desde Canadá hasta Sudáfrica pasando por Estados Unidos, México, Australia, Nueva Zelanda, Bulgaria, Rumania, Chile y Argentina, entre otros.

Los países productores pueden encasillarse en dos grandes divisiones, el viejo mundo con los países europeos y el nuevo mundo con Estados Unidos, México, Chile, Argentina, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica principalmente.

Las primeras plantaciones en el nuevo mundo tuvieron lugar en México durante el gobierno de Hernán Cortes, ya que éste decretó que todos los españoles debían plantar vides para abastecer las necesidades de la misa católica. Las variedades originarias utilizadas por los primeros colonos son aún usadas para la obtención de vinos, pero cuando estos países dejaron de estar bajo la tutela de España, la plataforma ampelográfica se amplió importando variedades europeas y elaborando en la actualidad vinos excepcionales y reconocidos mundialmente. 
 
Los vinos del viejo mundo están apegados a reglas muy estrictas y leyes muy claras sobre la producción y el cultivo de la vid establecida por ley, lo permitido y lo no permitido. Son países con tradiciones ancestrales en el tema y sus legislaciones son sumamente restrictivas al respecto, mientras que en el nuevo mundo las reglas no son tan claras ni tan definidas y su proceso de elaboración es más moderno y experimental.

Los enólogos del viejo mundo le damos mucha importancia al terruño, nosotros tenemos claro que el vino nace en la viña, se dice que en el viejo mundo el enólogo es un perfecto intérprete de la tierra. Los vinos del nuevo mundo no dan tanta importancia al terroir y experimentan con cepas, con mezclas, con tiempos y tipos de barrica. Los vinos del viejo mundo por lo general poseen vides antiguas de hasta 100 años, las vides en el nuevo mundo son mucho más jóvenes.


Los vinos europeos presentan aromas y sabores más minerales y térreos, son más sutiles, elegantes y discretos, se insinúan, no se desbordan, seducen poco a poco. Los vinos del nuevo mundo por el contrario son mucho más frutales, expresivos, exóticos, directos y a veces desbordantes en aromas y sabores.

En este sentido, el nuevo mundo quiere ganar ese lugar tan reconocido que el viejo mundo ha logrado obtener, y los vinos europeos nos estamos enfrentando a un mundo más agresivo y más competitivo. Ya no somos los únicos en el mercado y hemos tenido que despertar ante un mundo mucho más competitivo y agresivo. Están cambiando técnicas y se empieza a hablar cada vez más de algunos vinos europeos de corte moderno.

Cada vez oímos más y más como vinos americanos chilenos o argentinos están ganando catas y concursos en Europa haciendo a un lado los grandes y tradicionales vinos europeos. La pregunta es, ¿deben las denominaciones de origen europeas ser menos restrictivas en materia de elaboración del vino para hacer vinos más modernos y competitivos?

En Altos del Enebro lo tenemos claro, nuestro apego al terreno, a las cepas de clones que minuciosamente hemos seleccionado, reproducido y que son el alma de nuestros vinos, creemos en lo tradicional, los vinos que representen el mejor saber hacer, en las técnicas más que probadas, meditadas y que tan grandes resultados nos dan. Seremos clásicos, románticos pero el resultado se traduce en grandes vinos que dan mucho que hablar.

jueves, 15 de octubre de 2015

Nociones básicas de maridaje



Nos ha ocurrido en varias ocasiones que varios amigos nos han preguntado acerca de con qué vino marida mejor una comida u otra. A veces que si con pescado mejor vino blanco que tinto, a veces que si para una carne es mejor un vino más ligero o más potente… en este post queremos daros unos consejos básicos para que no falléis a la hora de maridar vuestros platos.

No todos los vinos maridan bien con todas las comidas, eso es algo que todos sabemos. Sin embargo, lograr un equilibrio ideal entre vino y plato no siempre es fácil. Si lo logramos haremos que nuestra comida resulte un éxito.

A veces puede parecer que sólo los grandes expertos son capaces de lograr esa combinación perfecta. Por suerte esto no es así. Lograr maridajes que te hagan disfrutar al máximo tanto de tus vinos como de tus platos es fácil siguiendo unos consejos sencillos.

1.- Debemos lograr que ni el vino pueda en sabor y cuerpo a la comida ni viceversa. Esta es probablemente la regla más importante, ya que queremos disfrutar de ambas cosas. En este sentido, maridar es en definitiva logar el equilibrio perfecto entre los dos sabores.

2.- Hay que tener en cuenta el orden, en primer lugar debemos empezar por los vinos más ligeros, seguidos de los más potentes y pesados. Con los platos debemos seguir el mismo proceso, ya que si tomas primero una comida o un vino muy potente, los sabores que sigan a continuación se van a ver atenuados y no vas a poder sacarles el máximo partido. Normalmente los blancos y rosados suelen ser más ligeros que los tintos. No obstante, hay que tener en cuenta que existen algunos tintos muy ligeros y por el contrario, blancos envejecidos en barrica con más cuerpo y estructura. En cualquier caso, generalmente este orden suele funcionar.

3. Fíjate en la añada. Generalmente cuanto más envejecido esta un vino, suele tener más cuerpo y es más complejo en aromas y sabores. Los jóvenes o medias crianzas suelen acompañar bien a carnes de menos sabor como el pollo mientras que los reservas y grandes reservas suelen ser el maridaje perfecto de carnes rojas guisadas o asadas.

4. No siempre pescado es equivalente a blanco y carne a tinto. Sobre todo en determinados pescados, hay que tener en cuenta si llevan salsas que lo hacen más fuerte o si son pescados grasos. En estos casos, el pescado puede combinar perfectamente con tintos ligeros.

5. Los arroces y pastas suelen maridar muy bien con rosados y blancos. Sin embargo, siempre hay que tener en cuenta la salsa que los acompaña, ya que si esta fuera muy sabrosa podríamos introducir un vino tinto de crianza o media crianza.

Si seguís estos consejos, conseguiréis sacar más partido tanto a vuestros platos, como al vino con el que los acompañéis, eso sí, sabiendo que no existen fórmulas definitivas ni reglas inamovibles y que siempre ha de primar la curiosidad y la búsqueda del placer.